Desde el inicio de la pandemia, el teletrabajo dejó de ser un beneficio exclusivo de ciertas profesiones para convertirse en una realidad masiva en toda España. A medida que avanzamos en 2025, trabajar desde casa ya no es una solución temporal, sino una modalidad consolidada que ha reconfigurado tanto el mercado laboral como la vida familiar.
Según datos del INE, más del 27% de los trabajadores en España realiza alguna forma de teletrabajo de manera habitual. Esto representa un crecimiento exponencial respecto a los niveles de 2019. Sectores como la tecnología, la consultoría, el marketing digital o la educación superior han adoptado modelos híbridos o completamente remotos.
El teletrabajo ha permitido a muchas familias disfrutar de una mayor flexibilidad horaria, reducir los tiempos de desplazamiento y pasar más tiempo con los seres queridos. Pero también ha traído consigo nuevos desafíos:
Para muchas parejas y padres, el teletrabajo ha facilitado asistir a eventos escolares, preparar comidas en casa y tener más presencia activa en la vida de sus hijos. Sin embargo, la convivencia prolongada sin espacios definidos para el trabajo puede generar fricciones.
Según una encuesta realizada por InfoJobs, el 42% de los trabajadores remotos reconocen tener dificultades para concentrarse debido a las distracciones familiares.
Ante esta nueva realidad, miles de hogares españoles han invertido en:
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Suscríbete AhoraEspecialistas en psicología laboral alertan sobre el riesgo del “síndrome de estar siempre disponible”. Por ello, recomiendan:
El auge del teletrabajo no es solo un fenómeno tecnológico, sino social. Implica repensar las normas familiares, los roles de género y la arquitectura de nuestras viviendas. Muchas empresas también están cambiando sus políticas para ofrecer apoyo emocional, jornadas más flexibles y derechos al desconectar.