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Andalucía ha comenzado a posicionarse con fuerza en el mapa de la biotecnología europea. Si hace una década este sector estaba dominado por Madrid, Cataluña o el País Vasco, hoy las provincias andaluzas comienzan a destacar con clústeres innovadores, talento local y un ecosistema empresarial en expansión.

Dato clave: Andalucía cuenta ya con más de 130 empresas biotecnológicas activas, generando más de 8.000 empleos directos.

¿Qué está impulsando este crecimiento?

El desarrollo del sector biotecnológico andaluz se sustenta en varios factores clave:

Inversión pública en ciencia y tecnología, especialmente a través de la Junta de Andalucía.
Presencia de universidades punteras como la de Granada, Sevilla o Málaga.
Parques tecnológicos como el PTS de Granada o el PTA de Málaga, que actúan como viveros de startups.
Colaboración entre centros de investigación y hospitales públicos.

Clústeres biotecnológicos emergentes

Andalucía no concentra la innovación biotecnológica en una sola ciudad. Distintas provincias están construyendo ecosistemas propios:

Granada – Biotecnología sanitaria y farmacéutica

El Parque Tecnológico de la Salud (PTS) es un referente nacional. Empresas como Vircell, Inmunotek o Laboratorios Rovi están invirtiendo en I+D en vacunas, diagnóstico y terapias avanzadas.

Sevilla – Ingeniería genética y agrobiotecnología

El ecosistema sevillano está vinculado a la Universidad de Sevilla y al CSIC. Destacan startups como Biomedal y centros como el CABD (Centro Andaluz de Biología del Desarrollo).

Málaga – Inteligencia artificial aplicada a la salud

El Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) fomenta la colaboración entre empresas tech y biotecnológicas. Proyectos como la detección precoz de enfermedades mediante IA están captando inversión internacional.

Startups andaluzas que están dando que hablar

Varias startups del sur han comenzado a destacarse a nivel nacional y europeo:

Salupro (Sevilla): plataforma de análisis genético a bajo coste.
BitbioTech (Granada): cultivos celulares personalizados para investigación.
Neurotek (Málaga): desarrollo de algoritmos para neurodiagnóstico.

Ejemplo real: La spin-off universitaria granadina Genyo ha sido seleccionada para participar en un consorcio europeo sobre cáncer de páncreas.

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¿Qué barreras quedan por superar?

Pese al crecimiento, el sector aún enfrenta desafíos:

Financiación limitada en fases tempranas.
Baja visibilidad internacional de las empresas andaluzas.
Necesidad de mejorar la transferencia tecnológica universidad–empresa.

Políticas de apoyo

La Junta de Andalucía ha lanzado programas como INNOVA+BIO y AGROBIOINNOVA, que buscan:

Financiar investigación aplicada.
Impulsar consorcios público-privados.
Apoyar la internacionalización del sector biotech andaluz.

Conclusión: ¿Andalucía, nuevo polo biotech del sur de Europa?

Todo apunta a que sí. Aunque todavía lejos del músculo financiero de otros polos europeos, Andalucía ha sabido construir en tiempo récord un tejido biotecnológico dinámico, diverso y con talento joven. Si mantiene esta apuesta, podría convertirse en un referente ibérico y mediterráneo en innovación sanitaria y agroalimentaria.

No se trata solo de ciencia, sino de empleo, sostenibilidad y posicionamiento estratégico en una Europa cada vez más dependiente de su propia capacidad biotecnológica.

Biotecnología en Andalucía: clústeres en crecimiento